A pocos días de viajar leímos en muchos blogs la recomendación de dormir en Ollantaytambo. Todavía no entendíamos bien las distancias y creíamos que nos convenía visitar el pueblo durante el día mientras nos hospedábamos en Cuzco, pero un poco por el mal estar de novio y otro poco por curiosidad, a la vuelta desde la hidroeléctrica a Cuzco, decidimos bajar y quedarnos.